La danza del vientre, originaria de Oriente, es un baile con raices de ritual que se ha popularizado en todo el mundo en los últimos 50 años. Eminentemente femenina, aunque bailada también por hombres, esta danza conecta a la mujer con su interior y con su cuerpo y sus órganos femeninos. Además de la belleza estética que posee es un baile perfecto para mantenerse en forma, así como para ahondar en nuestra espiritualidad, dependiendo de nuestra manera de entender el baile y de los maestros que encontremos.

 

Aunque hoy en día su fusión con el ballet y otras disciplinas occidentales ha hecho que sea una danza muy estilizada y con muchos desplazamientos, en su origen los movimientos se centraban en las caderas y el abdomen, que continúan siendo hoy en día los protagonistas y los elementos que la diferencian de otros bailes.

 

Existen multitud de estilos dentro de la danza oriental, algunos de origen folclórico y otros producto de la fantasía occidental, y se puede bailar con la compañía de diferentes elementos, que enriquecen el baile y lo vuelven más versátil (velos, velas, bastones, espadas, crótalos, abanicos de seda, candelabros, alas de Isis, fuego...)